Juan Manuel Sisay
(Santiago Atitlán, Solola)
Trazo firme y determinado, el viento fuerte del Xocomil, un futuro que se convierte constantemente en ahora, un miedo totalmente vencido y la capacidad de superar cualquier obstáculo, junto con las bendiciones de la tierra y el anhelo por ver una luz cada vez más intensa; además de ver a la vida como un color, todo esto es lo que Juan Manuel Sisay plasma en una obra que surge, como el Fénix de las cenizas, a partir de la final despedida de su padre, a quien la violencia se llevó para siempre. Tz’utujil de corazón, alma y espíritu, pero universal de proyección y búsqueda, su obra profundiza en el alma humana porque, además de pintor, es psicólogo y ha sido fotógrafo del Periodismo. Su carrera abarca muestras en su natal Guatemala, así como en otros países y hoy une a esa trayectoria la docencia, por el deseo de legar a quienes vienen detrás, la riqueza de una obra que se caracteriza por un detalle afinado casi hasta la obsesión, dedicado a un retrato que no solo quiere mostrar, sino también documentar, la belleza y la crudeza de la realidad en que viven muchos guatemaltecos. Pero, además del retrato, del ojo fotográfico, Juan Manuel es capaz de reflejar en los rostros y en los gestos al alma misma de los pobladores de los alrededores del Lago de Atitlán y, por medio de ellos, a un atisbo del alma misma de la humanidad. “Pienso”, declaró en una entrevista para el diario La Hora, que “que tanto la técnica, el trazo y las motivaciones que hay detrás de mi trabajo, son el reflejo de estas experiencias, como en cualquier persona, he vivido momentos muy buenos y también momentos difíciles, pero he aprendido algo, la vida es maravillosa; y en mi caso el arte es el lenguaje universal y la manifestación plena”.
CLAUDIA NAVAS –DOSES- (http://claudianavas.blogspot.com/2007/01/quin-tiene-la-culpa-o-el-que-est-libre.html)